Voy desperezando, poco a poco, abriendo los ojos, sintiendo el frío en la cara, frío que abriga y va haciendome coger carrerilla...
...tomarme algunos minutos para adaptarme a la luz del otoño, abrir mi conciencia a la libertad, cada amanecer nace junto al sol la oportunidad de cambiar el rumbo, se cierra el ciclo para darle paso a otro, un dia más, una oportunidad más, de nuevo sentada ante el camino que se bifurca, la elección sobre seguir en la misma dirección o tomar otra, a veces más consciente, otras menos.
Puede que a veces no nos demos cuenta, puesto que estamos sumergidos en nuestra rutina y distraidos por las prisas de llegar, a donde sea que estemos dirigiendo nuestra vida a tiempo; e incluso puede que en la mayoría de los casos, no lo necesitemos ya que creemos que los pasos que estamos dando se dirigen hacia donde deben hacerlo.
El problema viene cuando te olvidas de esa oportunidad porque te olvidas que te diriges a algún sitio, y todas las mañanas se convierten en la misma, como un mal sueño que no para de repetirse .
Es entonces cuando has de parar el barco, y decidir continuar o cambiar el rumbo. Aunque no seamos conscientes de ello, lo hacemos cada día de nuestra vida. Continuar o cambiar, o lo que es lo mismo, elegir.
Revisar cuales fueron los fallos y aceptarlos, aceptarte a ti tambien, comenzar el rumbo, sin arrepentimientos, sin vergüenza, y con ganas de disfrutar el camino hasta él.
Siempre puedes coger una goma, borrar hasta donde quieras, y redibujar el mapa del tesoro.
Siempre que quieras hacerlo.